La educación en Sonora: un modelo monolítico para una sociedad diversa

Al pequeño Juan Israel
a 26 años de su partida
víctima del racismo sonorense

En este momento en que el sistema educativo sonorense se resquebraja, como consecuencia no sólo de una ineficiente administración educativa sino, además, como resultado del predominio de rasgos sociales lamentables como el racismo y la misoginia –que son producto de procesos etnohistóricos originados en la época colonial– es urgente el diseño y la implementación de un modelo educativo intercultural; la política educativa estatal, que se ha basado en los últimos años en la edificación y en la infraestructura, debe ceder su primacía ante la urgente necesidad de atender el factor humano, esencial en la enseñanza y en el aprendizaje.
Repitiendo un rasgo de las modas intelectuales, en los últimos años se ha vulgarizado un término que aunque de profunda relevancia, tiene en su uso un carácter más retórico que sustancial. La acepción de sentido común del concepto multiculturalismo, lo supone como un estado de armonía cultural de la sociedad actual.
Sin embargo, la multiculturalidad, constituye básicamente una condición inherente a la diversidad cultural en cualquier región del mundo; la multiculturalidad representa una propiedad de la relación territorio-sociedad, puesto que indica la coincidencia espacial de múltiples culturas, más no es una virtud por sí misma. En cambio, la interculturalidad constituye efectivamente una condición virtuosa en las relaciones sociales, al caracterizarse por la valoración y el respeto entre los miembros de distintas culturas, que colectivamente se han asentado y han permanecido en un mismo territorio.
Si bien los términos multiculturalidad e interculturalidad son de uso común a nivel regional tanto en el argot oficial como en la oferta educativa mercantil, sus usos son inadecuados o erróneos, lo que en términos de políticas públicas representa ya sea una deficiencia, o inclusive omisiones calificables como delictivas. En Sonora, se entiende la multiculturalidad como aquella modalidad escolar en la que el diseño curricular contempla la enseñanza del inglés como primordial, definiendo en ese sentido tanto el idioma de la enseñanza, como las actividades extra-curriculares. Por otra parte, se asume la educación intercultural como aquella correspondiente a la Dirección General de Educación Indígena, es decir, la que se imparte en el nivel básico en varias de las regiones llamadas indígenas.
Tanto en su conceptualización, como en su puesta en práctica, en los países avanzados la educación intercultural tiene lugar en regiones y localidades de población culturalmente diversa, con independencia de su condición urbana o rural, indígena o mestiza.
La modernidad supone no sólo un sentido estéticamente vanguardista. Una vida social efectivamente moderna, y un sistema educativo basado en las verdaderas competencias para la convivencia implica el reconocimiento de la diversidad, porque tal es su auténtica situación en el mundo, sin excepción de regiones. En Sonora se hablan más de cuarenta idiomas entre “indígenas” e idiomas nacionales, habitan alrededor de treinta etnias entre originarias y foráneas, así como familias e individuos provenientes de múltiples culturas regionales mestizas de México, que constituyen una población que se puede contar por decenas de miles de personas. Sin embargo, la sociedad sonorense se asume monolítica en su cultura y unívoca en lo lingüístico.
La educación intercultural debe comprender no sólo a los programas que el estado dirige a los pueblos originarios. Debe comprender también, de manera urgente, al sistema en su conjunto, para evitar que los planteles escolares sigan siendo sede del racismo y la inequidad, actitudes que se han manifestado más brutalmente en dos casos; el asesinato del niño de 9 años Juan Israel Bucio Venegas, fallecido el día 20 de junio de 1987, como consecuencia del ataque del que fue objeto por parte de tres compañeros en la escuela primaria "Benito Juárez" de Hermosillo, por ser foráneo. Fue golpeado el 3 de febrero de ese año, quedando postrado, padeciendo edema cerebral, estado de coma, convulsiones, hasta sufrir un sexto ataque cardiaco.
Recientemente, se atestigua en el mundo entero el homicidio en grado de tentativa sufrido por Joana, una alumna de sexto año de primaria, por el hecho de ser de Jalisco, el pasado martes 11 de junio en la escuela "José María Morelos" de la colonia Palo Verde, en la alguna vez llamada “Capital de la amistad”.

Se ha apostado a la materialidad como un recurso educativo por sí mismo. Se ha gastado recurso público en uniformes inadecuados para el clima de la región, se ha erogado dinero de la gente en cercas y accesos visualmente mediocres y legalmente agresores del patrimonio arquitectónico y, en mediano y largo plazo, se ha puesto la mira en un proyecto desquiciado, la Ciudad del Conocimiento, que habría de costar 956 millones de pesos, sólo en cuanto a su edificación.
El sistema educativo estatal se encuentra extraviado. Como en toda organización, desde luego es necesario un liderazgo. En ese sentido, es necesario que una nueva mano dirija el destino de la educación formal de los niños, adolescentes y jóvenes en el estado de Sonora. La de Jorge Luis Ibarra Mendivil ignora los puntos cardinales de la formación humana.

Foto: Ciudad del Conocimiento/novidesa.com.mx

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