Hamac Caziim: la llama eléctrica de la persistencia étnica

Tonatiuh Castro Silva

Herederos de cantos que veneran el encuentro entre el desierto y el mar, Hamac Caziim decidió en el año de 1995 recrear la música tradicional comca’ac con el género del rock. El nombre de la banda se refiere a un fuego divino; esa llama sonoriza e interviene eléctricamente los cantos tradicionales, con reconocimiento del Consejo de Ancianos y de la comunidad comca’ac. Pero la lucha por motivar el interés de su gente para que valore su tradición no termina en la misma comunidad. El grupo ha realizado presentaciones en distintos foros del país, entre ellos el Foro Alicia y el Museo Nacional de Culturas Populares en México D.F., y en los importantes festivales El Tajín, en Veracruz, Festival Ollin Khan en la Ciudad de México y en el Festival Alfonso Ortiz Tirado, en Álamos, así como en California, entre otros eventos estatales y nacionales[i].


El rock y la interculturalidad
La comprensión de la existencia de un grupo de rock en la comunidad comca’ac debe partir de la ubicación contextual de la etnia en la sociedad regional de la que forma parte, así como de los ámbitos macrosociales: la nación, la frontera, el mundo.
El contacto de los comca’ac con el rock se remonta a la época de difusión de este género musical en Sonora. La llegada del rock and roll a esta región y la existencia de grupos rocanroleros fue advertida por los comca’ac desde la década de 1960.
El rock es una forma musical y una manifestación cultural vinculada con la difusión y propagación; se crea para ser consumido y en la vida comercial se reconoce como un producto vendible. Esto implica que el proceso general que vincula al músico y al escucha sea totalizante, es decir, el escucha, el público o el consumidor está presente desde el momento de la composición y/o arreglos musicales, hasta el diseño de la forma concreta que adquirirá la música: disco de 45 RPM, disco de larga duración o LP, cassette (o casete), disco compacto o CD, archivos cibernéticos de diversos formatos, transferibles o descargables. Además, se crea para ser difundido por todos los medios posibles. Así, la radio en las décadas de 1950 a 1970 fue sustancial para la difusión. Luego, como dice la canción, the “video killed the radio star”, con la aparición de los videos musicales en la década de 1980.
En esa época de aparición del corporativo y canal Music Television la recepción de esta señal no era accesible para la comunidad comca’ac, como tampoco lo era en la localidad urbana de la región, Hermosillo, donde la recepción de MTV dependía de la cobertura de televisión por cable, que se limitaba al centro de la ciudad y a ciertas áreas residenciales. Sin embargo, otro medio de contacto, de una naturaleza aún más impactante por ser un flujo humano, el turismo, llevó el rock hasta Bahía de Kino, Punta Chueca y El Desemboque, estableciendo un nuevo sentido en las relaciones interétnicas.
El primer antecedente de interpretación de rock por parte de miembros de la comunidad comca’ac, según mi conocimiento, no ocurrió en Punta Chueca, ni en El Desemboque, sino en la ciudad de Nogales, donde en el año de 1993 Francisco Barnett Morales, hijo del cantor Francisco "Chapo" Barnett, acompañado por el grupo hermosillense Perra Vida, interpretó espontáneamente un canto tradicional en el encuentro juvenil Raíces de resistencia, lo cual se encuentra registrado en audio en casete.

El fuego inicial
Desde los primeros años de la década de 1990 existía la clara intención de formar un grupo de rock en la comunidad comca’ac. Surgió a raíz de un deseo colectivo de un grupo de jóvenes, que no necesariamente se veían a sí mismos como integrantes de la agrupación, ya que no eran todos músicos, o no al menos del género del rock. Fue determinante en la creación de la banda el impulso de Francisco Molina Sesma, el “Indio” y de Anselmo Morales Astorga. Forman parte de la historia de Hamac Caziim jóvenes que finalmente no vivieron la etapa de difusión externa, pero que en la etapa inicial contribuyeron no sólo al surgimiento de un grupo, o a la incursión de los comca’ac en el rock, sino que sobre todo, contribuyeron al proceso de cambios culturales de este pueblo en el entonces inminente nuevo siglo.
Mi contacto con Hamac Caziim, y con la comunidad comca’ac en general, tuvo dos motivos iniciales; ocurrió como consecuencia del trabajo de Alejandrina Espinoza Reyna. Al acompañarla en algunas de sus varias actividades en la comunidad, pude escuchar las ondas sonoras del rock en el ambiente de Punta Chueca desde el año de 1998. Por otra parte, de antemano existía interés de los integrantes del grupo en solicitar apoyo a alguna persona u organismo que facilitara la concreción de su proyecto.
Fui presentado con el “Indio” y con Anselmo por Alejandrina, a petición de ellos, quienes no me veían como investigador o empleado de Culturas Populares, sino como “el productor de la Perra Vida”; al saludarnos, me mostraron el casete "Foco", que Perra Vida produjo con apoyo del Pacmyc en el año 1997, en el cuál participé como productor y músico invitado –cuando aún no laboraba en la institución–.
Pasaron varios años para que fuese posible la producción de un disco de Hamac Caziim. En primer lugar, era necesario que se definiera la alineación de la banda. Además, se requería darle forma musical al repertorio, en cuanto a nivel de ejecución y arreglos. La inquietud fue manifestada a diversas instituciones desde entonces, sin embargo, fue hasta el año de 2005, cuando considerando la importancia de la manifestación cultural que representaba Hamac Caziim, en la Unidad Regional de Culturas Populares asumimos la iniciativa como un proyecto. Inicialmente sería una co-producción de la Dirección General de Culturas Populares del CONACULTA y del Instituto Sonorense de Cultura. Finalmente, sólo el ISC aportó los recursos financieros.

Foto: Hamac Caziim en el Smithsonian Folklife Festival
Washington, 2010, tomada del Documental Hamac Caziim.

Estilizando la esencialidad primigenia
Las piezas de rock no son cánticos ni alabanzas, son canciones. Las canciones son estructuras determinadas por ritmo, melodía, armonía, ejecución e interpretación. Son piezas básicamente mecánicas y matemáticas. Esto implicó un trabajo de producción discográfica fuera de lo común.
Elegí el estudio de Gaspar Madrigal por el hecho de que es un excelente músico de rock y de otros géneros populares, lo cual permitiría tener su oportuna intervención tanto en lo musical como en lo referente a la grabación.
El contenido del disco producido son diez cantos tradicionales, ejecutados con guitarra eléctrica, bajo eléctrico, batería, y arreglos de percusiones (sonaja yaqui, sonaja cucapá, raspador mayo, tenabaris yaquis –uno solo, portado en el tobillo derecho, bailado y grabado por Francisco– y palo de lluvia).
Algunas piezas tienen la participación de Gaspar en arreglos de guitarra, opción elegida por Anselmo, para dar un resultado más cercano a una producción ordinaria de rock.
El proceso de producción fue a la vez un proceso de enseñanza-aprendizaje. Fue necesario adecuar los cantos tradicionales al ritmo estricto de la música occidental; al tocar debieron adecuarse a los compases de 4/4, lo que implicó que todas las “canciones” fueran “sacadas” o arregladas de nuevo por el grupo, gracias a la paciencia del ingeniero de grabación. Un ejemplo específico, el más importante en esta tarea, fue la adecuación de los redobles de la batería; Israel rompía la estructura de los compases, y arremetía contra los tambores a medio compás. Es importante, por supuesto, lo referente al canto, a la voz. Para el “Indio” fue agobiante la repetición de tomas, y para el grupo en general fue un reto grabar coros a dos y hasta cinco voces.
La producción de un CD les ha permitido difundir su cultura tradicional y su propuesta sonora fuera de su comunidad y fuera de México. Uno de los retos de Hamac Caziim es escapar del folclorismo; la posesión de un producto consumible y un estilo estético y musical que se inserta plenamente en “eventos culturales” o festivales aún roqueros, que atentan con despojarlos del sentido original de sus cantos.

Ponencia presentada en la Mesa redonda Encuentro de miradas: la cultura comcáac en el nuevo milenio, realizada en el Museo de de Culturas Populares e Indígenas de Sonora, el día 28 de mayo de 2010, en Hermosillo.


[i] En el año 2010 ofrecieron 14 conciertos en el marco del Smithsonian Folklife Festival, y un concierto en el Millenium Stage del Kennedy Center (ambos en Washington, D. C.). Para 2011 el grupo fue invitado a Berlín, Alemania, a dar un concierto en el Wassermusik Festival. Durante los días 2, 3, 4, y 7 de junio de 2012 Hamac Caziim ofreció 4 conciertos en un evento denominado Las Noches Blancas de Perm, en Rusia. En México, en ese año participaron en el Encuentro de Artes Escénicas en el marco del Festival Internacional Cervantino.
Además, en 2011, Zen Violence Film (de Washington), con su anuencia, grabó un documental que lleva por título Hamac Caziim A Short Music Documentary About Indigenous Punk, y ofrecieron una entrevista para la BBC de Londres. (Nota agregada al texto original).

Comentarios

Beu ha dicho que…
En Oaxaca tuvimos oportunidad de escucharlos, en el marco de la Reconstitución de los Pueblos Indígenas y nos gustó bastante.
Saludos

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