Los elegidos del sol, de Ignacio Bússani
Tonatiuh Castro SilvaLas humanidades, es decir, los pueblos, las etnias que han existido en diferentes épocas y lugares (dado que la humanidad no es unitaria), se han diluido y han desaparecido como sociedades en determinados momentos históricos, pero así mismo han trascendido a través del tiempo; fragmentos punzocortantes de sus pasiones y saberes impactan los horizontes que después amanecen. cada pueblo sería un ente neófito sin esperanza de operación ante la vida o de una irremediable torpeza si no fuese por las herencias.
Los elegidos del sol nos relata cómo en la sierra, los valles, las costas y arenales del desierto de Sonora, ha existido y existe una tremenda diversidad, tan contrastante pero tan integrada a la vez, que resultaría impreciso adjetivarla como cultural o natural. La diversidad que nos muestra esta obra rebasa la pretendida identidad sonorense monolítica, caracterizada por el sahuaro, la danza yoeme del venado o lo vaquero. Podemos leer en estas páginas cómo la sociedad ópata trascendió su corporeidad, su condición demográfica, su cultura tradicional, y demás rasgos ancestrales, para persistir a través de las regiones sonorenses de la modernidad.
Mediante estas páginas, Ignacio Bússani Ramírez se aventura en la búsqueda de las vivencias que extravió en su viaje por el universo, pero cuya sustancia presiente en este gran relato, como en la vida cotidiana; no hay duda: la persistencia de los lugares, los sonidos, los olores de tiempos y espacios, ya intangibles, tejen los misterios y las luminosidades del presente.
Texto de la contraportada del libro Los elegidos del sol.
Ilustración: El caracol, acrílico sobre cartón, 40 X 55 cms. Obra de Manuel Romo para la portada del libro.
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